lunes, 26 de enero de 2015

LUCIANA CEZARA


Mencionada por:
Borja Fernández


Menciona a:
Manuel Corrochano Álvarez
Diego Álvarez Miguel
Alejandro Blázquez
Javier Arroyo Bretaño
Miguel Floriano
Manuel Delgado Gómez








Bio-Bibliografía

Luciana Cezara M., nacida en Sibiu (Rumanía) en 1992 y graduada en Traducción e Interpretación por la Universidad Complutense de Madrid (CES Felipe II), es amante de la literatura desde que un relato le ayudó inesperadamente a definir su condición humana. Su nombre no figura aún en ninguna portada, porque siempre ha preferido más el amable cobijo de la sombra. Se dedica a la traducción en francés, inglés, español y rumano, aunque le gusta soñar en todas las lenguas. Como buena componente de la generación Dormida, formó parte, con gran orgullo, del Rotativo Libélula -ya desaparecido en combate-. Hoy centra todos sus sentidos en la música, la literatura, el cine y el baile.


Poética

Para ser merecedor de un calificativo, hace falta algo más que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, así que no me llaméis poeta: todavía sigo viva. He dejado de escribir de mi puño y letra para dedicarme en cuerpo y alma a la traducción en todas sus formas. La gran variedad de mis influencias parten de Cioran y Borges, pasan por el jazz y el soul, hacen trinchera en Jeff Buckley y alcanzan a Rimbaud y Salinas.


Traducciones

AL ESPAÑOL. ''LOS JÓVENES'' / ''TINERII''

Se besan, oh, se besan, se besan
los jóvenes por las calles, en los bistrots, en las barandas,
se besan sin cesar como si ellos mismos
no fueran más que terminaciones
del beso. 
Se besan, oh, se besan entre los coches apresurados,
en las estaciones del metro, en los cines,
en los autobuses; se besan con locura,
ferozmente, como si
en el extremo del beso, al final del beso, después del beso
solo los siguiera la vejez proscrita
y la muerte.
Se besan, oh, se besan los jóvenes flacos
y enamorados, tan flacos como si
ignoraran la existencia del pan del mundo.
Se besan, oh, se besan igual que si
en la oscuridad, en la oscuridad más segura,
nadie los viera y como si
el Sol estuviese a punto de salir
luminoso
                  casi
después de que las bocas rotas por el beso y ensangrentadas
no fueran capaces de besarse
más que con los dientes.

Nichita Stanescu 


Poemas

VI

Ella abarca con los brazos continentes
y sus dedos entrelazan las copas de los pinos.
Siembra sepulcros con sus uñas de nácar
bajo tierras de nombres ya olvidados
donde los huesos de los dioses se deshacen.
Con las pestañas acaricia nubes,
sus trenzas son el acometer de las batallas
cuando su cuerpo construye épocas.
En sus costillas rezan los nombres
de todas las mujeres
junto con el resto de las flores.
Sus pechos brotan con el paso del tiempo
y nacen constelaciones de sus hombros
cuando besa la luna antes de dormir.
Nada es más bello que estos pies
que recorren el universo
cuando nadie recuerda su rastro
en la carne de todos los hombres
que viven a años luz.
Ella no conoce el llanto
por miedo al diluvio,
ella se cree Dios porque no lleva
vestidos en invierno.
Ella es el Alfa porque enamoró
a su Adán sin haber creado la Omega.

Este título fue concebido por los ángeles
como obsequio a la mujer ideal;
sin embargo, y por error del universo,
se borró antes de ser puesto en práctica.


(Inédito en libro)

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X

La mayoría emigra a lugares cálidos en busca de un rostro desconocido al otro lado de la cama. Casi siempre acabo por ahogarme en las sábanas cuando el hambre apremia; al fin y al cabo somos animales. Y yo, como buena presa, acepto que a veces he tenido que correr en sentido contrario a la propia vida.


(Inédito en libro)


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